En Puerto Montt venden lanas naturales de oveja de todos los colores y grosores que se nos ocurran!!!
Es algo así como el paraíso.
Puerto Montt se sitúa a 1000 kilómetros al sur de la ciudad de Santiago de Chile, que se puede llegar por la ruta 5, un autopista de varios carriles del primero mundo.
En el lugar fuimos a las “Cocinerías”, pequeñas cocinas situadas a la orilla de la bahía, regada por las aguas del Océano Pacífico, instaladas una al lado de la otra en una especie de galería construida en altos, con 4 o 5 mesas por cocina, donde se sirven mariscos y pescados hechos con las mejores recetas que he probado últimamente.
Para los viajeros gourmet las “Cocinerías” es un paseo obligado.
Pero vamos a lo nuestro.
En los alrededores de las “Cocinerías” de Angelmó, se instalan variados negocios donde se vende lana de oveja.
Algunas de las lanas están teñidas con tintes naturales, otras conservan su color natural.
Las lanas que se ven de colores sobre la mesa, se vendían a 1400 pesos chilenos los 100 gramos, algo así como 1.70 dólares, o 24 pesos argentinos!!!!
También se venden lanas de oveja con hilado natural, sin retorcer.
Lo mágico del lugar no es solamente encontrarse con gente que entiende lo que está vendiendo, que sabe el valor de esa mercadería, sino que sabe cómo se teje, cómo rinde. Uno de los lugares visitados es Rincón del Angel, y hacen envíos de lana a todas partes.
No me quería ir, me tenían que sacar del lugar.
Haga click para ver el pase de diapositivas. Desde allí nos fuimos a Frutillar, a unos pocos kilómetros. Una villa alemana, con estilo inconfundible, desde la comida hasta su arquitectura. Es común ver en las ventanas de las casa visillos tejidos al crochet en hilo macramé. Para inspirarse…
Haga click para ver el pase de diapositivas. Y en nuestro paseo, encontré algunas diversiones: Un carrito que vendía comida a la orilla del lago, con una garrafa de gas instalada en la calle, que habían vestido de cocinero.
Una casa de tapices en Frutillar. Lástima que estaba cerrada. La dueña se había ido a buscar material a otro lado. Está ubicada en la Avenida Phillip 1221.
En el centro de Frutillar, me encontré con otra casa de artesanías, que vendía manteles y servilletas de puro lino. Y también ovillos de lino para tejer, el negocio se llama “Linos del Sur”, en Avenida Phillip 645.
Chicas, si son fanáticas de las lanas naturales, averigûen para hacer sus pedidos a las lanerías de Angelmó, y comprar lanas en Puerto Montt, Chile.
Chile tiene hoy una industria lanera de calidad que merece la pena que se conozca. Su lana se exporta al mundo, y sus teñidos naturales son exquisitos.
Hasta la próxima Claudelinas!
B I C H A
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