Lo único que vamos a necesitar es... ¡BICARBONATO SÓDICO! Bueno, y las hojas claro. Y ya está, de verdad, es súper sencillo hacerlo, solo hay que "cocinar las hojas en un cazo" y "deslimbarlas" (es una palabra que me he inventado, mirad el vídeo para entenderlo!)
El mejor truco que os puedo dar es a la hora de elegir las hojas. Las mejores son las hojas cerosas, y para localizarlas basta con ver que la superficie es más brillante, y que son muy elásticas. Necesitamos que sean así porque son las que mejor nos van a aguantar el calor y las que más fácil se limpia la "carne"
La magia no la hace el bicarbonato, antes de nada, y esto es súper IMPORTANTE: hay que meter en el horno el bicarbonato a 200º más o menos 30 minutos. No le va a pasar nada, va a parecer que sigue igual, pero con el calor ya ha hecho su reacción y eso es lo que hará que nos funcione.
Después tenemos que meter el bicarbonato cocinado en un cazo con agua y las hojas y dejarlo ahí a fuego lento sobre 2 horas, hasta que el agua se quede muy oscura.
Y después solo basta con quitarles la carne con un pincel. ¿Queréis ver el proceso y más trucos? En el vídeo de abajo lo explico todo.
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