Pero de costura ya hablaremos otro día, porque hoy os traigo una herramienta inndispensable para todas aquellas personas que se inicien en el mundo costuril: el costurero. Y con lo que me gusta a mí el reciclaje, no podía desperdiciar la oportunidad de hacerme uno. Ya de paso, voy dando salida al acumulado de objetos "paraalgunamanualidad" ;) Frótense las manos las que habéis fichado el curso de Costura Slow de Irene, porque hoy podéis empezar a preparar vuestro kit!
Empecemos por los materiales. La idea inicial era hacer algo sencillo, unas bandejas para almacenar, decoradas con algún detalle. Pero cuando te metes en faena, a veces el entusiasmo te puede, y empiezas a añadir cosas, poniendo aquí, quitando allá y termina siendo un costurero con tapa, con dos baldas interiores y soporte en la tapa para accesorios Jajajaa una cosita sencilla.
Por eso, y por no hacer un post muy largo, lo he dividido en dos. Hoy os enseño el exterior y la semana que viene el interior. Para hacer la caja he necesitado:
- dos cajas de fresas
- papel de lija
- pintura de diferentes colores
- cera para madera
-telas de distintos estampados
- visagras
- tirador pequeño
- pegamento para tela o cola blanca
Lo primero es dar una pasada con el papel de lija para pulir un poco los acabados y quitar posibles astillas. Es el momento de cortar las patillas que sobresalen (yo lo hice casi al final porque la idea de hacer una caja cerrada se me ocurrió más tarde). Retiramos el polvo con un trapo y empezamos a pintar. La mejor pintura para mí es la de Auténtico Chalkpaint Print, ya os lo he comentado otras veces. En este caso me gusta especialmente porque esta pintura cubre mucho con una sola mano y nos permite tapar sin esfuerzo la marca impresa en la caja. En una de las cajas añadí unas letras usando unas plantillas. Marcamos con lápiz y pintamos el interior. Una vez seca la pintura, podemos pasar de nuevo la lija para suavizar la superficie y que no se noten la marcas del pincel. Si queréis un acabado más rústico, siempre podéis lijar más en algunas zonas para que se vea la madera. Terminamos el proceso dando un poco de cera para proteger la pintura.
Después forré el interior de cada caja con una tela. Para sacar el tamaño, marcamos a lápiz usando la base como referencia, y luego la cortamos por el interior de la marca que hemos hecho. Si tenéis tijeras de corte en zigzag mucho mejor para evitar hilos sueltos ;) Para pegar la tela, empezamos por un lateral, vamos aplicando cola blanca y presionando la tela siempre del centro hacia los laterales, así evitaremos arrugas.
A continuación, decoré el exterior de la caja sin letras con unas cintas decorativas y un retal del mismo estampado que la que usé para forrar el interior. Vamos pegando la tira poco a poco usando la cola blanca y presionando unos segundos antes de continuar.
La parte inferior de la caja que hace de tapa, quedaría al descubierto así que la forré con retales. Hacemos cuadrados y rectángulos de diferentes tamaños y vamos pegando con cola las piezas, creando un efecto de patchwork.
Una vez esté todo seco, vamos a colocar las bisagras. Tienen que tener unos tornillos muy pequeños porque la madera de estas cajas es muy fina. Presionamos un poco sobre la madera para marcar el agujero y vamos enroscando con ayuda de un destornillador. Aseguraos de colocarlas a la misma distancia. En mi caso y pesar de usar tornillos muy pequeños, sobresalían un poquito así que añadí un trocito de fieltro al interior para taparlo.
Para terminar, ahora sí que sí, colocamos un tirador para abrir nuestro costurero y listo para rellenar!! En mi caso será un costurero pero las utilidades de una caja de este tipo son infinitas. Fotos, recuerdos, cartas...
Qué guardarías tú? Alguien se anima a hacerse uno?
La semana que viene te cuento cómo hice el interior ;)
Feliz día!!!