Ando bastante atareada últimamente y por eso se han espaciado mis entradas por aquí, pero el tiempo da lo que da y el día sigue teniendo 24 horas, así que es cuestión de ir haciendo las cosas poco a poco y sin dejar nada de lado.
Entre otras cosas he estado con este encargo que me hicieron hace tiempo: unos cuadros con flores secas.
Una buena amiga que está estrenando casa se encuentra en pleno proceso de decoración de la misma, buscando y creando los rincones a su gusto. Esa época a mi me encanta. Si no hay prisas ni agobios, el poder pensar despacio cómo quieres adornar, distribuir, decorar todos esos lugares que hacen de una casa un hogar en el que estar a gusto, cómodo, es una gozada.
Y en una de éstas me enseñó un pequeño cuadrito que le habían regalado que contenía una flor seca preciosa. Pero el sitio que pensó para él era demasiado grande y se le ocurrió encargarme otros cuadros a tono para completar el conjunto. ¡Emocionada y todo me quedé ante su confianza y el reto que me presentaba!
Algo que tuve claro desde el principio fue que no podía hacer cuadros iguales, ni por las molduras, ni por los colores ni por las mismas flores. Así que ante eso, mejor que tratar de imitar, le indiqué que veía mejor hacer algo claramente distinto, pero que hiciera "juego". Y a ello me puse, una vez tomadas las medidas en la pared donde quería sus cuadros. Le presenté mi idea y le gustó. Y es lo que te voy a contar aquí:
Esta vez no he hecho yo las molduras, las he encargado para poder pintarlas a mi gusto.
Con pintura a la tiza, gris de base y blanco "antiguo" por encima para lijar y decapar después.
Sobre una cartulina beige, con algo de textura, presento las flores y hojas. Por cierto, no las he secado yo (podría haberlo hecho... ya en mis días de estudiante tuve que hacer un herbario, jeje). Preferí comprarlas pensando que igual así duran más por si tienen algún tratamiento especial. Estas las encontré en la feria "Tendencias Creativas" de Bilbao.
Para pegarlas utilicé un pegamento en spray removible. Las flores y hojas hay que manejarlas con mucho cuidado, así que también me ayudé de unas pinzas.
Sobre una madera y con un metacrilato también a medida, monto los cuadros. Aquí se ve como preparo el agujero para colocar varias tarabillas que sujeten la trasera. "Tarabillas" ¡me encanta ese nombre!
Para darle un mejor acabado forro toda la parte de atrás con papel de embalar.
¡Y este es el resultado!
En esta imagen se ve el conjunto completo: el pequeño de abajo es el que me dio como "modelo", con el que tendrían que hacer conjunto el resto, siendo, eso sí, claramente distintos, sin pretender imitarlo.
Ya me contarás qué te parece esta composición. Tengo ya ganas de verla en su sitio. Creo que quedará bien.
Y como el motivo principal son flores, aunque secas, me voy con esta entrada al Reto desvanero nº 22 de Rebeca (fábrica de artesanía), que va de eso, de flores. ¿vamos a ver cuántas flores primaverales hay en su desván?
Y como llega el fin de semana, me voy a cruzar el charco con los cuadros para llevarlos al Finde frugal de Marcela. ¡Vamos a ver que preciosidades han hecho las compis!