Esta vez es una carterita sencilla con una cremallera. ¡Pero toda ella del mismo Bilbao! Con su tela milrayas característica de aquí y la baldosa en vinilo textil (ésta está comprada).
No tengo el paso a paso a paso completo, porque cuando pongo una cremallera, me embalo y no saco fotos... pero algún día te lo contaré...
Lo que sí tengo es el patrón dificilísmo que utilicé: un rectángulo de 17 x 13 cm . Las medidas, evidentemente, se pueden variar, para un monedero más pequeñín o un neceser más grande.
Corté dos trozos de tela en color azul marino para el interior y otros dos en la tela milrayas para el exterior.
Y, como por arte de magia () ¡aquí lo tenemos ya terminado!
Con su baldosa por un lado y mi etiqueta por el otro
Para hacerse una idea del tamaño, aquí se ve con unas cuantas llaves
Y el interior, con su forro.
Fue un regalo para alguien que ha pasado este último año bastante lejos de aquí, para que recordara su ciudad con cariño (Bilbao beti bihotzean!). Ahora a la vuelta me contará qué tal le ha ido y si, entre otras cosas, la cartera ha sobrevivido a todo este tiempo...
Y, lo mismo que esta cartera, me voy hasta el otro lado del Atlántico para acompañar a Marcela en su nuevo Finde frugal. ¿Te vienes?