El primer reto fue reciclar las botellas de agua. El líquido elemento es esencial, no puede faltar nunca. Y tampoco faltaría como recuerdo.
Con el segundo reto, traté de crear algo que les hiciera recordar los momentos de descanso. Para ello utilicé las cápsulas de café. Convertí esos depósitos de plástico, en pequeños maceteros en los que poder plantar un cactus, o decorar con flores secas.
Para los asistentes fue una sorpresa. No se hubieran imaginado que la basura generada pudiera tener una segunda vida, y más bella que la anterior.
El objetivo era que se llevasen los objetos ya reciclados, pero les gustó tanto la idea, que también se llevaron la “basura” para realizar en sus casas piezas similares. Me pidieron que compartiera el paso a paso. Dedicado a estas maravillosas personas, aquí va este vídeo tutorial y un pequeño esquema
Ha sido tal el éxito, que muchas personas que han visto las pequeñas miniaturas, me han pedido que explique cómo hacer otros modelos. En próximos posts explicaré cómo hacer alguno de estos maceteritos. Si deseas que amplíe información de cualquiera, no dudes en hacer tu comentario.
¿Quién sabe? Igual tu comentario tiene premio, y te haces con uno de ellos.
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