El caso es que una de las novedades de este año son las cajas knagglig para almacenar cualquier cosa y que encima quede requetebonito, para variar...Así que como los Reyes Magos se portaron muy bien en cuanto a libros se refiere y aprovechando que ya no nos quedaba mucho sitio en las estanterías, decidí comprar una de estas cajas para ponerle ruedas y hacer "más accesible" la lectura para mis dos fierecillas (hasta ahora siempre me tenían que llamar o yo misma les bajaba los libros de las estanterías).
Basta con montar la caja y comprar 4 ruedas giratorias en cualquier tienda de bricolaje o "asian shop" (forma fashion de llamar a las tiendas de los chinos), y unos tornillos "rosca-chapa" cortitos para no atravesar la madera (tip para novatas en bricolaje). Sé que no he descubierto América, pero por si la idea no se te ha pasado por la cabeza te muestro mi resultado.
Hay mucha gente que pinta y decora la caja pero a mí me gusta tal cual, natural, y más para una habitación de niños muy blanca (los toques de color solo están en los juguetes y en la ropa de cama.) de modo que así la dejé. Lo único es que puse la palabra "libros" con unas letras adhesivas de foam que tenía por ahí compradas.
Una nota aclaratoria es que las ruedas no las busqué muy altas con el fin de poder "esconder" el cajón en una mesita baja blanca modelo lack, también de Ikea.
¡Así que este ha sido mi DIY del fin de semana! pequeñito pero resultón ¿no crees?. Al pequeño le faltó tiempo el sábado de buena mañana para ojear todos los libros que pudo, ¡suyos y de su hermano!, jejeje.
FELIZ DIA ¡COMO SIEMPRE!