Hace unos días, Facilísimo contactó conmigo para proponerme un reto: dar vida a unas cajitas de SelfPackaging para un evento o celebración. Adoro la creatividad, pero nunca me había enfrentado a un reto con materiales determinados y tiempo limitado. Superados los temores iniciales, pensé que la vida, como la creatividad, es probar y experimentar, que a veces se gana y siempre se aprende. ;) Así que dije sí, y éste es el resultado.
Para realizar este DIY, SelfPackaging me facilitó los materiales principales y desde ahí hice un pequeño moodboard mental (tablero de inspiración). Tenía claro que no iba a utilizar el color rosa. Es un color precioso, pero quizá está demasiado visto. Así que pensé en malva, campos de lavanda, naturaleza, flores… Y esta pequeña lluvia de ideas me llevó a la elección de los materiales. Pintura malva, telas estampadas, algo de arpillería, ramas de olivo… Tuve en cuenta que todos los materiales combinaran entre sí y admitieran diferentes composiciones para poder hacer un conjunto con el resto de cajitas.
Aquí os cuento como decoré la de mayor tamaño, pero ya veréis como las otras no tienen dificultad:
1. Pintar la caja picnic: con un pincel seco y de cerdas desgastadas, pinté una franja de la caja en color malva. Quería un efecto desgastado así que apliqué poca cantidad de pintura y muy extendida.
2. Preparar la arpillería: es un tejido muy bonito pero un poco incómodo de trabajar porque se deshace con facilidad. Corté una tira un poco más gruesa de lo que necesitaba (por si luego necesitaba hacer algún retoque) y la pegué con cola de carpintero a continuación de la franja malva. Al llegar al final, corté el exceso de tejido para que quedaran los bordes unidos.
3. Cinta decorativa: para rematar y darle un toque más pulido, añadí una cinta decorativa de madroños, también con cola de carpintero (el exceso de pegamento se puede retirar con la punta de un cartón).
4. Etiqueta: forré una etiqueta con tela estampada. Cuando se secó la cola, recorté toda la silueta y rematé con un poco de tinta blanca para sellos alrededor de toda la etiqueta. De este modo conseguí que resaltara sobre la caja. La até junto a una etiqueta blanca, con un cordel y la coloqué en la caja.
5. Toque final: pasé la esponja de tinta blanca como si fuera un pincel, a pequeños toques, con el fin de unificar todo el conjunto y darle un poco más de luz.
Ya veis como en tan solo 5 pasos podemos pasar un rato muy agradable y crear detalles maravillosos para nuestro evento especial. Os dejo también el resto de cajitas que decoré utilizando las mismas técnicas y combinando los mismos materiales, para darle a un estilo único a todos los complementos.
¿Qué os ha parecido? ¿Os gustan los detalles hechos a mano para este tipo de celebraciones?