Al fin, este mes, le llegó la hora a una de ellas que os presento cargada de colorido.
Y no se nota nada que haber vivido unos años en Ibiza me ha dejado huella...je, je!!
La mayoría de las decoraciones que se ven en decoupage son vintage pero yo opté por algo diferente, de inspiración hippie, y que conste que me encantan, sobre todo desde que sigo el blog Momentos Vintage y las maravillas que consigue con cualquier trozo de madera.
Aún me queda mucho por aprender, pero le voy cogiendo el gustillo.
La base es una caja de aceite, de esos que vienen tan bien presentados, que da hasta pena consumirlos. 1- Limpiar la caja que ya llevaba mucho tiempo en el sótano y desprender los restos de etiquetas con un líquido quita adhesivos (una especie de acetona).
2- Lijar la madera si queremos que la superficie quede bien lisa (esta parte me la salté un poco).
3- Capa de imprimación y dejar secar.
4- Capa de pintura y dejar secar. Yo usé una pintura blanca que me había sobrado de pintar unas macetas, quizás no era la mejor elección, pero había que reciclar restos...
5- Colocación de bisagras para modificar la puerta corredera y transformarla en una elevadora. Aunque no lo creáis, ésta quizás fue la parte más complicada de todo el proyecto. Primero porque tuve que buscar bisagras muy pequeñas y con tornillos minis para que no traspasasen la tabla de la tapa ya que su grosor es muy fino y a la mínima los iba a tener fuera pero también tenían que ser lo suficientemente consistentes para sostenerla sin doblarse y; segundo, porque ajustar bien la tapa y clavarlos sin que todo se desencajase es tarea de relojero experto...Un consejo, si conseguís una buena ayuda, mejor.
6- Las servilletas de margaritas y de círculos las tenía en reserva de casualidad, de dos compras diferentes (IKEA y Alcampo concretamente) porque en su día me habían llamado la atención. Se retiran las dos capas blancas del reverso y nos quedamos sólo con la fina capa donde está el dibujo que es la que se utiliza.
7- Recortar los dibujos que vayamos a superponer. Encolar cada dibujo, pegarlo a la caja y después, con ayuda de un pincel, encolar también por encima del mismo cuidando que no queden arrugas y ¡ojo! que podemos romperlo porque la servilleta humedecida está ahora muy frágil (mejor hacerlo desde el centro hacia afuera y suave, también nos podemos ayudar de un plástico para alisar). Se puede usar cola de decoupage, cola blanca o una solución de látex.
8- Pintar algún mensaje/símbolo acorde con la ocasión. A falta de stencil, bueno es el pulso de cada cual...
9- Una vez seco toca barnizar para proteger y dar brillo. A mi me gusta el látex porque con el mismo producto puedo hacer las dos cosas, sirve como cola, como sellador de superficies porosas antes de pintar y con una solución más diluida como barniz protector que he usado en muchos materiales, dejando un punto de brillo justo. Dos capas y listo.
10- Detalles y cierre.
La caja tenía un asa de cuerda que retiré al principio tapando los dos agujeros con masilla y pegando por delante un palito de helado que va pintado de blanco como el resto de la madera. El palito lleva pegado en medio un trozo de metal que forma parte del cierre.
Al cambiar la tapa corredera por la que se eleva, en la parte de alante quedaba un hueco que cerré pegando una tira de goma eva igual que otra que puse en el final de la tapa, cortadas con unas tijeras en zig-zag.
El cierre también es de goma eva, decorado con dos botones de madera con flores y lleva por detrás un imán que se adhiere al metal que va pegado al palito de madera.
El interior tenía unas separaciones de madera que completé con otras que yo hice en cartón.
Y así luce mi colección de botones, broches y hebillas que ahora podré tener mejor localizados.
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