Café y jabón

Me encanta el olor a café.

Hace pocos meses volví a comprarme una cafetera de las de toda la vida, la que llaman italiana, no se, me apetecía mucho volver a hacer café en ese tipo de cafeteras, así que rescaté un molinillo que en su día me traje del pueblo, volví a comprar café en grano y por las mañanas abro la cafetera, la lleno lentamente de agua, pongo unas cucharadas de café recien molido, lo presiono bien, lo pongo al fuego y en pocos minutos el olor a café inunda toda la casa.

Creo que solo lo hago por eso. Es como un ritual.

Evidentemente es mucho más lento que hacerte un café de cápsulas ya preparadas, pero es que un café nunca debería tomarse con prisas. Porque un café simboliza muchas otras cosas que el solo mero hecho de tomártelo. Es un desayuno en familia, un alto en el camino a media mañana, una charla entre amigos, una tarde lluviosa tapada con una mantita, o uno con hielo en un caluroso día de verano.

Una vida en una cafetera.

Este fué mi primer jabón de café. Con el olor del café metido en la nariz, no creo que tarde mucho en hacer otro.

http://losjabonesdepaula.blogspot.com/2013/03/jabon-de-cafe.html



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