Aunque primero me hice un dibujo guía en un papel con la composición para hacerme una idea, la verdad es que, como soy poco de patrones fijos, lo fui reconstruyendo sobre la marcha, quitando algunas flores que he dejado para otro y adaptando los capullos y las hojas a los huecos y la composición a medida que crecía, porque el impacto visual final es el que nos tiene que gustar.
Las piezas van fijadas con cola blanca y aseguradas con unas puntadas porque la cola tiende a desprenderse.
Los bordes de las hojas y los centros de las flores adornados con unas puntadas en un color que contraste resaltan y quedan muy bonitos siempre que no se recargue demasiado.
Como los broches me gustan con relieve incluyo un relleno entre el círculo de fieltro donde cosemos las flores y el que usamos de base. En este caso nos puede servir por ej. un algodón desmaquillante que ya tiene la forma perfecta.
Rematamos todo alrededor como más nos guste uniendo ambas piezas.
Y por detrás pegamos un imperdible con pistola de silicona.
Si no tenemos pistola de silicona lo podemos coser aprovechando los agujeros o colocándole una pequeña pieza de fieltro encima a la que damos unas puntadas arriba y abajo antes de juntar la base con el resto del broche.
Y como los niños hacen lo que ven...no podía dejar de enseñaros la idea que tuvo mi hijo mientras me acompañaba. Quiso inmortalizar la insignia de su equipo de fútbol sala y se puso manos a la obra.
Con un poco de ayudita, un resultado de campeón!!