Cuando descubrí el encanto de estos objetos no resistí a ninguno que encontrara en la calle o que me ofrecieran en una venta de usados.
Tengo un montón así de grande guardados en una bolsa esperando turno de ser mejorados.
Algunos no necesitan nada, por que así solos ya son lindos,otros como esta fuente tenía mucho óxido como para usarla para otra función que no fuera decorativa.
Hace unas semanas,entre tejido y tejido (porque yo sigo tejiendo) saqué algunas para darles nueva vida.
Se supone que hay pinturas que son especiales para este tipo de material que tiene un menos 1000 de porosidad,las pinturas epóxi.
Pero yo uso lo que tengo o a mano,en este caso convertidor de óxido,previa limpieza y lijada.
La parte de afuera me parece tan adorable que solo lije las zonas de óxido y barnicé cada cachadura para que no siga oxidándose ni manche la superficie donde se apoye.
Adentro elegí darle un color rosa muy clarito y hacerle una transferencia en banco y negro.
Esta vez la transferencia no me quedo tan linda y parte del pajarito y algunos barrotes de la jaula se me borraron.¡No se si es más fea la foto o la transferencia!
Entonces retoqué con acrílicos imitando el color y quedo bastante parecido a la base.
Cuando la tuve terminada y barnizada di unos toques acuarelados de azul en algunas zonas como para integrarlo al exterior.
Fue un trabajo fácil y rápido(a no ser por los días de lluvia y humedad que convirtieron un trabajo de 2 días en uno de 5)
Ahora la fuente que habrá sabido contener estofados hechos por alguna abuela sirve de bandeja,y yo estoy feliz de haberla traído de nuevo a la vida.
¡Hasta la próxima!