Pero tarde o temprano tendría que aprender. El gusanillo lo tenía dentro desde hacía unos meses, cuando empecé a ver las cosas preciosas que se pueden hacer (dibujos con el punto, texturas, cambios de color), que con el ganchillo no quedan tan bien. Y por fin me decidí a intentarlo.
Mi problema a la hora de aprender a tejer es que soy zurda. La profesora de aquel curso que hice se quedó bloqueada nada más decírselo, y no supo enseñarme. Estaba tan bloqueada que no entendía cuando yo le decía ?tú hazlo normal, ya lo convierto yo en algo cómodo para mí?. Pero en casa, a mi ritmo con Youtube a mi disposición, me puse a ello.
En 4 minutos había conseguido montar mis primeros puntos.
Lo repetí unas cuantas veces, y me lancé con los primeros puntos tejidos. El vídeo que miré no tenía voz ni decía qué punto era. Es el punto del derecho (o bobo), y de carrerilla le sumé unas cuantas vueltas:
Y ya viciada del todo seguí tejiendo hasta hacer algo parecido a un cuadradito. Quedó mejor de lo que esperaba: uniforme, con la misma tensión en todos los puntos y (sobre todo) sin perder ningún punto por el camino.
Eso sí, cogí para practicar la lana más fea que tenía en casa. Un rosa apagado anaranjado que compré hace casi tres años (aún no sé por qué) y que no me importa destrozar si se da el caso.
Ahora sigo por el punto del revés, y luego ya iré investigando más puntos, o cosas que puedo empezar a hacer que no sean cuadrados.
Creo que esto no va a ayudar mucho con el exceso de gorros que hay en mi casa.