Para mi actualmente tienen su aquél, su este, y su el de más allá, pues aparte de que como decía forman parte de mi vida, es que tienen un diseño decadente vintage que me resulta sublime. Tanto es así que en esas noches que nos ponemos un vinito, el Sr. Pángala prefiere un vasito chato, y yo opto por mis copitas de bohemia, exquisita que es una. Cuando vienen amigos a cenar mando yo, y entonces bridamos con estas sí o sí.
Y superados todos los prolegómenos cristaleriles, os voy a contar lo que he hecho con una de ellas que estaba agrietada y con una muesca.
El invento lamentablemente no es mío, sino una copia de algo que ví en casa de los padres de mi novio de la adolescencia. Pili, no sabes que tengo un blog, pero va por tí, te la he copiado ;), gracias guapetona.
Ellos tenían una copa de este estilo tuneada en campanilla, pero no lo neguemos, con más nivel, ahora os cuento.
La copa-campanilla de Pili lucía un badajo (que palabra más basta para algo tan cuqui, en fin) de cristal, era una lágrima de vidrio que en este caso no he logrado igualar.
Me debatía entre una cuenta de cristal de roca de un collar desarmado de la abuela que no conocí, o una bola de unos pendientes bisuteriles que sabía positivamente que ya no iba a utilizar ni para ir a la feria de abril. Me decanté por estos últimos, el cristal de roca lo veía excesivamente oscuro pese a que el destello de sus facetas me resulta hipnótico.
Con las piezas que más me interesaban e hilo negro de bordar monté este kit péndulo-badajo.
Esto es sencillo de montar, tan solo darle la longitud idónea, que ciertamente no tiene misterio, es cuestión de probar
y después defenderse con la pistola de pegamento caliente, necesitamos acertar con una gotita lo más discreta posible que una péndulo y fondo de la copa de por vida.
A partir de ahí nos queda hacerla sonar a ver si aparece alguien, ¿imaginais que al tintinear la campana apareciera un duende con un café con galletas buenísimas?
Vamos a intentarlo,
“tilin, tilin, tilinnnnnnnn”
mmmmm, aquí no aparece nada ni nadie, así que me iré yo a por él. Creo que es mejor, y además no me gusta que me sirvan.
Sin embargo crear me fascina, ya lo sabeis, y os diré una cosa. La campanita queda mejor con copas más estilizadas, de mayor altura y menor diámetro, como la de Pili, pero esta era mi copa agrietada y con ella me conformo, incluso me gusta, me encanta, claro que sí.
¿Te gusta la idea?, ¿un café?, ¿te animas con una de ellas?, porque si realmente te convence puedes comprar una suelta y ya está, campanita copil al canto, y no es necesario que lleve grieta, tú decides
La entrada Una de tus copas buenas se ha agrietado, grrrr, no la tires, mira aparece primero en .
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado:
