Ayer jueves estaba "agobiada" porque no tenía preparado ningún post. No dejaba de pensar en qué podía publicar, qué DIY podía hacer, sobre qué tienda, local? te podía hablar? y buscando inspiración, leyendo otros blogs, documentándome por Internet? me vi leyendo el blog de Mamás Viajeras, uno de mis preferidos, y echando la vista atrás me encontré de nuevo con un post que en su momento ya me hizo reflexionar mucho y plantearme lo que de verdad es importante en la vida.
Aunque resulte muy obvio, a veces lo olvidamos.
En ese post, Johanna contaba el duro trance por el que estaba pasando desde que en la semana 25 de su embarazo se puso de parto. Miedo, incertidumbre, desconcierto? ante una situación en la que te asaltan las dudas, la tristeza y por supuesto la culpa, porque como bien definía en el post Johanna "la culpa no perdona, ni descansa, ni duerme; la culpa taladra". En su momento, esta frase me marcó. Qué manera más directa y acertada de explicar lo que es la culpa. ¿Por qué te cuento esto? Porque en demasiados momentos nos acecha la culpa en nuestro día a día, nos cargamos de responsabilidades, de agobios innecesarios y lo que deberían ser y en realidad son pequeñas contratiempos, pequeñísimas piedras en el camino? lo convertimos en cuestiones trascendentales que nos afectan a nuestro día a día.
No publicar una semana es un hecho completamente intrascendental, pero te aseguro que da más de un quebradero de cabeza, digo ésto como intentar cumplir con los miles de objetivos que nos marcamos a diario y que convertimos en algo prioritario cuando en realidad podrían pasar sin hacerse. ¿Te ha pasado? ¿Soy la única en al sala que a veces tiene que parar y priorizar para que la balanza compense? Seguro que no. Por eso la historia de Johanna me ha hecho, una vez más, pensar en lo que de verdad importa. Aprovecho este espacio para darle la ehhorabuena, para decirle que he seguido día a día su historia, que afortunadamente termina con un final feliz, con el mejor que se podía esperar, con su pequeña Bárbara en casa. Que leerla cada día, cada semana... era un ejemplo de superación, de fortaleza, de coraje, de admiración... Y es que si algo desprende Johanna es admiración, ha demostrado una valentía sin límites, una constancia y superación dignas de mención, ha sabido como nadie "compensar la vida".
Historias similares a las de Johanna hay varias y me siento afortunada de haberlas conocido a través del blog, de las redes sociales... porque, una vez más, este mundo 2.0 me ha dado mucho, la oportunidad de valorar lo que de verdad es importante en la vida. Es increíble lo que se puede llegar a interactuar y a conectar con una persona que no conoces. Pero este tema da para un post aparte, así que me centro en el tema de hoy y prometo post sobre estas reflexiones.
Esta semana no ha habido tiempo de publicar, y por un momento me estaba centrando demasiado en esta cuestión y olvidaba lo muchísimo que ha dado de sí la semana, lo mucho que hemos disfrutado del día a día. Ha vuelto esa primavera casi veraniega y hemos salido a la calle a disfrutar de ella, hemos vuelto a nuestros paseos a orillas del río.
Hemos recordado viajes pasados a ciudades que nos cautivan gracias al detalle de Ana, de Jomamikids.
Da gusto impulsar campañas de turismo con tanto mimo. Ya estamos planificando nuestra próxima escapada a Gijón, por supuesto, volveremos a visitar a Ana y volveremos a disfrutar de una ciudad que siempre te deja con ganas de más.
Hemos disfrutado hasta el infinito y más allá con los golpes de genialidad de Sofía, con su lengua de trapo, con sus reacciones espontáneas y llenas de magia.
Y hemos preparado maletas porque hoy ponemos rumbo a Burgos. Y no sabes la ilusión que me hace. ¿No está mal, verdad?
Te veo a la vuelta, y por supuesto, intentaré volver al post semanal.