¡Buenos días! ¡¡Primaveraaaaaaaaa!! Qué bien si no fuera por la alergia, arrggggghhhhhhh...
Hoy os traigo un colgador de madera que tenía de mis hij@s pero que ya no me gustaba porque era de colorines y lo veía un poco desfasado y más teniendo en cuenta que los niñ@s crecen y cambian de gustos.
Lo primero que hice fue limpiarlo y lijarlo un poco, porque era así:
El colgador tenía su gracia con las pizarritas, pero a los míos ya no les llamaba la atención...
Después de lijar pinté toda la superficie (previamente desmontamos los ganchos de colgar) con pintura chalk de color blanco (eso ya va a gustos). Una vez seco le di unos cuantos brochazos con pintura chalk gris y dejé secar bien.A parte imprimimos las letras del revés (yo lo hago con el Paint) y los números también con tóner láser.
Lijamos un poco la superficie y aplicamos la cola transfer encima de las letras recortadas y pegamos encima de nuestro colgador. La técnica completa explicada aquí, que aunque en esa entrada explicaba como transferir fotos, sirve también para letras y lo que sea. Dejamos secar y unas horas después humedecemos con agua y con cuidado y paciencia vamos frotando con el dedo hasta que va saliendo el papel y nos aparecen las letras transferidas. Lo mismo para los números.
Recomiendo recortar al máximo las letras para pegar sólo lo que sería la tinta, porque luego aunque frotemos mucho siempre queda un poco de papel a los lados que cuesta muchísimo de sacar.
Por último podemos lijar un poco a nuestro gusto, aplicamos un poco de cera y listo.
Y así es como hemos pasado de tener un colgador infantil a uno para adolescentes.
Os animo a practicar, ¡hasta la próxima!