El otro día, por fin, termine y envolví unos regalos que había empezado hacía muchos días para Pablo y para Tomás. Sin exagerar os diré que igual hace seis meses que lo empecé y el que lo haya terminado ahora, no es porque cueste hacerlo tanto tiempo, sino porque lo arrincone en mi sitio de trabajo y hasta el otro día no salieron.
Las piezas son dos plumieres de madera, en otras ocasiones ya os he hablado de los sentimientos tan bonitos que me crea un plumier por su olor, su sonido, su tacto y por supuesto por su visión.
Los plumieres están totalmente personalizados para sus dueños, el de Pablo de cohetes, planetas, estrellas? vamos del espacio, ya que le apasiona todo lo relacionado con ese tema.
A Tomás de Piratas, con su barco pirata, sus calaveras, sus espadas. En fin todo relacionado con el tema, ya que él es un poco ?pirata?.
Os seguiré enseñando más plumieres personalizados pensando en lo que le gusta a su dueño o dueña, y es que me encanta hacerlos.
A mis hijos les hizo mucha ilusión cuando se los regalé, y los llevan a todas partes orgullosos para que todo el mundo los vea y digan ¡MIRA QUE MAJOS!