A raíz de una broma con las compañeras pensé crear una tarjeta de acreditación que le otorgara veracidad a la broma.
Cogí una cartulina marrón y un papel verde para simular un a pizarra y lo adorné con un sello de una pintura. Los datos de la acreditación los escribí con rotulador permanente imitando distintas tipografías.
Finalmente plastifiqué y le hice dos agujeros para pasar la cuerda para llevarla al cuello.
¡Feliz día!