Si todavía no habéis enviado las felicitaciones para el 2014 y os apetece hacer una tarjeta, hoy os cuento como he hecho las mías este año, con un efecto que me encanta, pizarra antigua o chalkboard art.
Partiremos de una cartulina blanca que cortaremos hasta dejarla en 20,5cm de ancho por 14,5cm de alto .
Con ayuda de la guillotina haremos un pliegue para doblarla por la mitad.
Ahora necesitamos un papel rayado, el clásico de escolar, que cortaremos a 9 cm de ancho por 12,5 cm de alto.
Con la troqueladora de esquinas para fotos perforamos las cuatro esquinas...(
Y con la tijera en forma de ondas hacemos también las esquinas de la cartulina, incluyendo las centrales, lo más fácil es doblar la tarjeta, sujetarla fuerte para que no se nos mueva y cortar las cuatro esquinas.
Para envejecer el papel rayado, pasamos con cuidador el canto de unas tijeras, así "destrozamos" las fibras y las preparamos para el siguiente paso.
Para conseguir el efecto más envejecido necesitaremos un poco de alcohol, una esponja de maquillaje cortada en tiras y un rotulador marrón.
Impregnamos la tira de espuma en el alcohol y vamos empapando el borde de el papel, rápidamente acercamos la punta de el rotulador y vemos cómo se expande la tinta disolviéndose hasta el límite marcado por el alcohol. Por supuesto, el alcohol se evapora muy rápido y no deja ninguna mancha en el papel!
También la cartulina doblada la envejecemos, pero en este caso con un tampón de tinta normal y corriente, negra, de la que venden en cualquier bazar por un euro. Frotamos todos los bordes de la cartulina, incluido el doblez, por dentro y por fuera.
Cortamos la imagen que vamos a usar para la tarjeta, si te gusta esta en concreto la tienes aquí.
Pegamos con silicona líquida el papel a la cartulina, teniendo cuidado de que los bordes queden sin pegar para poderlos levantar. Metemos la imagen en los huecos que hemos troquelado y listo.
Súper rápido y fácil para hacer unas cuantas en un ratito!
Una tarjeta original que seguro que a todos saca una sonrisa!
Fuente: este post proviene de El tocador de cenicienta, donde puedes consultar el contenido original.
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