Le hizo falta un segundo para comprenderlo todo. Miró su lado de la cama, vacía.
En medio de la oscuridad, con premeditación, salió de su casa, dejándola vacía para siempre.
Ni una nota, ni un adiós, ninguna despedida. Solo el silencio que todo lo envuelve.
Se marchó para no volver jamás.
Fin