Hoy me apetece compartir contigo cómo conseguí trabajar para una de esas marcas, Charuca. Además te enseño la última sesión que he hecho para ellos, que para mí ha sido la más especial.
Fue una mañana de marzo del 2019 cuando me di cuenta de que la mismísima Charo había empezado a seguirme en Instagram. Todavía estaba en shock, cuando unos minutos después me escribió un mensaje directo en el que me decía que le gustaban mucho mis fotos y estaba interesada en trabajar conmigo. Así que antes de que me diese un infarto le mandé mis tarifas por email, y esa misma tarde me llamó por teléfono para concretar una sesión de prueba.
Debió de quedar contenta con mi trabajo porque después de esa prueba me encargó la primera sesión oficial. Todas las fotos de producto de las agendas que iba a lanzar en los siguientes meses.
Desde entonces he trabajado para Charuca en varias ocasiones, pero como te decía antes, sin duda alguna ésta última sesión ha sido las más especial para mí. He dejado atrás las fotos de producto básicas para lanzarme con las fotos lifestyle, las que más disfruto haciendo.
No es por hacer la pelota, pero de verdad que trabajar para esta marca es un gusto. Tanto Charo como Eneko me lo ponen muy fácil para que me sienta cómoda fotografiando, y aunque parezca que ya lo sé todo, de sus sesiones siempre aprendo cosas nuevas.
La conclusión a la que llego con esto, es que a veces forzamos tanto las cosas que sin querer hacemos que no sucedan. Para mí trabajar con Charuca era cumplir un sueño inalcanzable, por eso nunca hice el esfuerzo de conseguirlo. Quizás de manera inconsciente sí me esforcé, pero nunca fue mi objetivo. A veces simplemente hay que dejarse llevar.
Aquí solo he compartido un adelanto, si queréis ver todas las fotos podéis ir a mí portfolio y verlas desde allí.
Y por supuesto, no os perdáis su última colección porque es para morirse de amor.
Nos leemos pronto.