Hoy que es miércoles, toca "Propósito para 2015", que aunque estemos en febrero, no hay que bajar la guardia y olvidarnos de todo lo que nos proponíamos hace un mes.
Y el que te cuento esta semana para mi no es difícil, porque si me sigues, ya sabrás que no puedo evitar sustraerme a las cosas bonitas (aunque no sean útiles...).
Y este es el caso de esta mantequera.
La encontré en el mercadillo de Vilar Formoso las Navidades pasadas, en un puesto de loza que es siempre parada obligada para mi suegra y para mi.
Y la vi.
Y me enamoré.
Por la sencillez de las lineas, por ese color blanco tan brillante.
Ideal para guardar mantequilla.
Aunque no creo que la vaya a usar para eso.
De hecho, aún no sé para qué usarla más que para mirarla.
Pero no podía dejarla ahí, porque sabía que me acordaría de ella y me arrepentiría de no haberla comprado (además de que el precio era tan ridículo que no era motivo).
Porque las bonitas muchas veces están para mirarlas simplemente, para tocarlas con el dorso de la mano.
Y ese es otro de mis propósitos muy facilmente cumplibles: buscar cosas bonitas y traerlas a mi casa.
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