Ahora que Enero está a puntito de terminar, yo sigo buscando buenos propósitos para 2015, que no sólo debemos hacérnoslos el 1 de enero, ¿verdad? Y el que me he hecho esta semana es este:
Usar una agenda
Este no es un propósito improvisado, porque encargué esta agenda a principios de noviembre, llevada sobre todo por lo mona que es, con Caperucita Roja llena de mensajes motivadores.
Yo usaba ya una agenda, o más bien, un cuaderno para apuntar todo lo que va surgiendo en el trabajo que tengo que hacer, y que si no lo anoto, se me termina olvidando, y que decoré para que me animara al llegar a la oficina:
(Aquí te enseño cómo la decoré...)
Pero el tener una agenda, un mini-diario donde escribir lo que voy a hacer cada día (en mi vida personal, eso sí, que para el trabajo está el cuaderno verde), y lo que me ha pasado, me apetecía mucho.
Porque cada noche, me "obligo" a parar cinco minutos y escribir una pequeña reseña del día... Y es una forma de ordenar el día, o de acordarme luego de la última vez que estuvo malito uno de mis hijos (o yo...)
O las labores terminadas:
Y lo que quiero hacer ese mes:
(las baldas del salón es una tarea pendiente desde hace un año....)
O el esquema de un bloque del camino de mesa con el que esto ahora:
Y además, así puedo usar estos pequeños sellos, y trocitos de washitape...
Porque a veces, hay que pararse un poco para contemplar la vida, y qué mejor que una agenda para que quede constancia de los días que van pasando.
Y tú, ¿también utilizas una agenda diaria?