Raquel fue de las primeras en pedirme un broche-perrito y como le encantan, me encargó hacer veinte para regalar.
Así que me nada, me puse a cortar, coser, rellenar, coser? durante unos cuantos días para poder tener acabados los broches a tiempo.
Aunque dos cosas artesanales, por mucho que quieras, nunca son iguales, decidimos diferenciar un poco más un perrito de los otros, así que como podéis comprobar en las fotos, tenemos perros con collares azules, verdes, amarillos, blancos y rojos, con su pespunte a juego y además los ojitos son abalorios de estrella o redondos.
¿No queréis adoptar uno?