Por casualidad, se me juntaron varios eventos en un solo fin de semana. Uno era una boda y el otro el baby shower en honor de mi hermana y su próximo bebé. Como yo era una de las anfitrionas -y me falta plata, pero me sobra creatividad y conciencia ecológica-, decidí empalmar mis eventos. Convertí la tarjeta de la boda en unas medallas para la mami, las tías y las abuelas. Aparte del papel de la tarjeta, solo necesité algo de listón de seda, que salió de un regalo que le habían dado a mi hija; cartulina celeste, que salió de un trabajo escolar reciclado y silicón frío, el pilar de una aficionada a las manualidades.
Acá está el resultado. Aclaro que no tengo troqueladora, lo que usé para dibujar los contornos fue un molde para galletas. De ahí en adelante, tijeras, silencio y paciencia. Si considero el precio al que se venden estos detallitos, no quedaron mal. Y si tomo en cuenta lo contentas que quedaron la mami y las abuelas, el esfuerzo no tiene precio.