Con esto de que la necesidad agudiza el ingenio, hoy os traigo la transformación de un viejo frigorífico. Es de segunda mano y la verdad es que me está haciendo su papel, pero no me gustaba nada su estética, así que lo he pintado con pintura de pizarra y ¡me encanta el resultado! Ha quedado con un aire totalmente renovado y puedo personalizarlo a mi gusto cuando quiera.
¿Hacen unas cervezas?
I’M HERE TO «BEER» WITH YOU