Un 19 de mayo regalé este libro a un señor al que conocí a 267 km —aunque el cuentakilómetros de su coche siempre marque uno menos—. Después de tomarnos nuestro tiempo leyéndonos el uno al otro en versos que deseábamos que fuesen escritos para nosotros —luego sabríamos que así era—, nos dignamos a conocernos en persona y pudimos encontrarnos, en el sentido físico y metafórico de la palabra.
En este libro se encuentra todo lo que nos escribimos desde antes de vernos hasta que nos miramos: historias sobre pájaros, átomos, acrósticos, música, señales, girasoles, cine, destinos y gotelé —que volverá a ser tendencia—, entre otras.
Mientras tanto, yo sigo pensando que el teletransportismo va a llegar —soy muy arrabalera—. ¡Por el teletransporte!
¡Os espero al otro lado!
Fuente: este post proviene de El trastero de Majoca, donde puedes consultar el contenido original.
¡Buenos días, boniqueces! DOLORES ha pasado de estar arrumbada en un rincón para sostener trastos y acumular polvo a tener un nuevo hogar en el que será la protagonista. Ha sido recibida con mucha il ...
¡Hola, bonicas y bonicos míos! Cristina tenía la ilusión de portar las arras en un antiguo joyero de su abuela. Una buena amiga de ella quiso sorprenderla y… después de realizarle una profunda ...
¡Hola, bonicas y bonicos míos! ¿Os acordáis de Iluminado…? No os preocupéis que os refresco la memoria Iluminado era un farol muy antiguo que vivía en un mundo de tinieblas y oscuridad, hasta ...
¡Hola, preciosuras! Os dejo con unos tarros que Nazaret me encargó para regalar como aguinaldo navideño en su empresa y a sus amistades ¡Espero que los disfruten! ¡Muchas gracias por confiar de nuev ...