La historia de #pequeñosplaceresdeverano

Si hay un hastag que resuma bien mi veranom es #pequeñosplaceresdeverano, momentos únicos, acciones espontáneas y poco planificadas que lo han convertido en un verano inmejorable.


Como en años anteriores hemos tenido nuestros días de vacaciones que hemos disfrutado por el norte.


Un viaje del que os hablaré por aquí pero hoy quiero centrarme en la otra parte del verano. Esa que a pesar de pasarla en la ciudad, sin grandes planes, sin viajes planificados... recuerdo de manera especial. ¿Por qué? Porque este año, más que nunca, me he propuesto disfrutar al máximo cada instante sin importarme lo que viniera después, sin estar pendiente de que llegara el fin de semana, sin importarme si era día de trabajo o no, si estabamos aquí o allí... Eso ha hecho que esos días que pasabamos en la ciudad y que a priori se presentaban como días más aburridos hayan sido días llenos de pequeños planes, de rutinas que saboreabamos y disfrutabamos al máximo, de #pequeñosplaceresdeverano que me han hecho ver que disfrutar no es tanto cuestión de a dónde vas o que harás sino una cuestión de actitud.
Después de nuestra travesía por Cantabria en julio la vuelta al trabajo fue dura. Habíamos disfrutado de unos días maravillosos en familia y volver a la rutina costaba así que aunque nos quedaban un par de semanas en agosto me propuse volver con otra actitud y en vez de estar constantemente anhelando esos días vivir el día a día con ímpetu y disfrutando de los pequeños detalles que regala el verano. Al llegar las vacaciones de agosto, como no teníamos previsto ningún viaje establecido, mi actitud fue la misma. Disfrutar de otra forma de esos días, sacando partido a los #pequeñosplaceresdeverano. Esa fue nuestra única premisa, disfrutar de cada instante, sin prisas, sin agobios, sin planificar...
Conclusión: hemos disfrutado de unos días únicos, en los que las pequeñas rutinas se han convertidos en los mejores planes, en los menos improvisados y los que más satisfacciones nos han dado.
Tardes de piscina en las que no había prisa.


Meriendas que acababan siendo improvisadas fiestas campestres en un entorno natural único y muy cerquita de casa.


El mismo en el que disfrutamos de varios paseos matutinos en contacto con la naturaleza.


Y si algo ha habido este verano ha sido mucho contacto con la naturaleza, como aquella jornada de pesca que protagonizamos y que decidimos la noche anterior.


Paseos por nuestro parque favorito, pero paseos en calma, apreciando cada detalle, contemplando a los patos, los pavos, las ardillas...







Paseos por el #pueblitobueno donde hemos protagonizado infinidad de #pequeñosplaceresdeverano


Recogida de frutos del bosque...




Atardeceres que nos han dejado sin palabras...





También hemos disfrutado de tardes de juegos interminables...








Juegos, vivencias, experiencias... en la mejor de las compañías. Entre primas, como hermanas...








Este verano, más que nunca, la vuelta ha costado pero la hemos encarado con la mejor de las sonrisas porque hemos vuelto juntos y con muchos planes por delante. ¡Septiembre, allá vamos!


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