En su blog nos enseña algunas de sus creaciones, y por supuesto os invito a visitarla. Pero cuidado, lo mismo el virus se transmite de modo on line. Pinchando aquí podéis acceder a él.
Todo comenzó cuando nos deslumbró la tela mágica que cambia de color cuando le da el sol, de ser una triste tela blanca y negra, pasa en un instante a llenarse de colorido.
Era imposible resistirse, nos compramos un metro cada una y nos hicimos una camiseta con uno de sus patrones. Uno muy sencillito y apañao. El resultado es espectacular.
Aquí yo luciendo mi camiseta.
Y aquí Esperanza luciendo la suya.
De ser una sosa camiseta en el armario. Pasa a tener un colorido increíble al sol.
¿Y por qué os digo que es un virus? Pues porque con el mismo patrón ya me he hecho un par de blusas más.
Ya os decía que Esperanza es un peligro, además le gusta y lo hace bien todo, patchwork, costura, punto, ganchillo, scrapbooking, cartonaje... Pero a lo que soy inmune es al virus del ganchillo. Me encanta ver las cosas que se consiguen, pero me aburre soberanamente hacerlo yo. Tanto, que empecé un salvamantel, por aquello de comenzar con algo sencillito y mi amiga Mati me lo tuvo que terminar haciéndole la puntilla, hasta penita le di.
Muchas gracias por vuestra compañía y hasta pronto.