completamente desprevenida. Y es que ya sé que, según la tradición, pasados
estos días de puente, mi casa debería estar más que preparada para recibir las
fechas en cuestión. Llena de luces, de brillos, de nieve, de lazos...
(me he pasado un poco, creo).
Pero nada más lejos de la realidad. Siempre acabo decorando deprisa, en el
último momento y cada vez empleando detalles "menos navideños".
Si no, mirad algunas imágenes en las que me inspiro.
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Unas letras metálicas oxidadas formando la palabra que elijamos relacionada
con el tema. Después podemos usarlas para otra cosa.
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Una guirnalda de luces añadida a la lámpara que tenemos en algún rincón
durante todo el año.
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Un adorno elaborado con plantas y velas suspendido de alguna lámpara
o del techo.
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Unos calcetines de dormir con unas ramas verdes y alguna piña (el relleno va al
gusto), sujetos a un cordel rústico con unas pinzas de madera.
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Por supuesto la corona. Pero, si os fijáis, la de la imagen está hecha con ramas
de olivo, que no es el árbol típico de la Navidad pero que a mí me encanta y
que puede formar parte de nuestra decoración cuando acaben estas fechas.
Yo ya hice la mía hace algún tiempo (aquí).
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Un grupo de botellas con una rama de bayas rojas en su interior en contraste
con el verde, proporciona un detalle muy navideño (únicamente gracias al
color), para adornar un estante o la repisa de la chimenea.
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Y para la mesa, una servilleta (de nuevo con los tonos típicos), una ramita de
muérdago y unas galletas con forma de estrella. Más sencillo imposible.
Pues este año mi Navidad va a parecerse mucho a esto. Espero que
os inspire para la vuestra.