Siempre tiro de lo que tengo en el taller: cordeles, cascabeles, etiquetas… en su momento, cuando mi taller era un cuarto lleno de cosas a medio hacer, abundaban los materiales que durante años había ido comprando y guardando. Así que os puedo asegurar que todos los materiales que veis todavía son restos del taller. Vale la pena comprar en cantidades grandes ya que de este modo economizas y siempre tienes una buena despensa para hacer manualidades.
Los básicos pues para envolver son: escoger papeles bonitos, darte un paseo por el bosque y recoger materiales típicos de la estación (piñas, bellotas, ramas de pinos). Estas fotos que os enseño primera son de años anteriores con papeles en color Kraft (o directamente cajas Kraft) y papel de Blaubloom. Los papeles maileg siempre son un acierto seguro y poco más necesitar por añadir. Los podéis ver aquí.
Además son papeles que guardareis como pequeños tesoros y que os servirán también para otras manualidades como forrar cajones, casitas de muñecas o cualquier otra labor.
Este año, os enseño como he empezado a envolver los regalos de estas navidades. Como siempre primero me he empapado de Pinterest (os dejo mi carpeta de Packaging navideño aquí). Para este año compré en Black Friday este papel de Maileg y también el papel rojo que veis en las fotos de Muy mucho, que me pareció precioso.
Siempre suelo seguir el mismo proceso de: papel bonito y una cinta. Si la cinta ya tiene mucho potencial, un lazo y listo. Si me decanto por el cordel rústico o el rojo/blanco que siempre pega genial en estas fechas las opciones se multiplican.
Un poquito de abeto va genial porque nos aguanta y da el toque navideño. Podemos añadir tanto como queramos: un cascabel, una tarjeta con el nombre, una plaquita de arcilla con el nombre grabado o incluso: GALLETAS!