Si estas ventanas tienen cortinas de ganchillo clásico, del de toda la vida, del que he visto salir de las maravillosas manos de mi abuela o mi madre, me llegan ha fascinar.
El pasado fin de semana, sin buscarlas expresamente, no paraba de verlas y aunque fuese con el móvil no puede evitar fotografiarlas para compartirlas con vosotras. Las fotos están hechas en Begur, Pals y Calella de Palafrugell, unos pueblecitos medievales de Girona.
En un sitio como este, el ganchillo clásico, sin duda, es lo más adecuado.
Gracias por mirar dentro de mi baúl, siempre está abierto para vosotr@s.