Pues bien: decidí probar hacer una mandala con ellos pero me encontré que a medida que la iba realizando y cuidando la tensión de la lana se iban doblando peligrosamente.
La terminé pero no con los detalles que me había planteado y tuve que asegurarla a la pared con cinta de doble faz en cada palito para se mantenga firme.
Es que da pena destruir algo que me había gustado como quedaba.
En fin.
Puesta en una pared está y que aguante lo que aguanten los palitos.
Hay que probar y reciclar pero en éste caso puntual no me ha dejado convencida.
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