Estas estrellas fueron un entrañable regalo de unos pescadores. No quería que se quedasen olvidadas en una caja, así que decidí convertirlas en unas entrañables joyas para mí.
Solamente necesité esmalte de uñas nácar para conseguir dar un aspecto especial, y reforzar la estrella. Poner las anillas y las argollas para convertirlas en pendientes o colgantes fue muy sencillo.
El resultado ha sido extraordinario. Cuando me pongo los pendientes y el colgante, muchas personas se quedan mirando, y me hacen preguntas. Yo no puedo evitar contar la historia de mis “joyas”.
En mi búsqueda constante de materiales de desecho para convertirlos en tesoros, decidí acompañar a los voluntarios que estuvieron limpiando el fondo marino del puerto de Calpe (Alicante), a los pies del Peñón de Ifach.
Si he de ser sincera, esos objetos que salían no eran muy inspiradores para mí. La basura estaba cubierta de un tarquín oscuro. Me gustan las caracolas, las piedras y los vidrios pulidos por el mar. Mientras seleccionábamos los objetos sacados del fondo, hice amistad con los pescadores. Íbamos haciendo collares y colgantes con piedras y caracolas.
Uno de los pescadores me trajo de su barco unas estrellas de mar, y me las regaló. Y estas son las joyas en las que convertí su regalo.
Espero que te haya gustado esta idea y que pueda servirte de inspiración para otros proyectos.
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