Al lío, al grano, llevo dos líneas y todavía no he contado casi nada.
Sabes que tengo una marca de bolsos y otros complementos de moda, pÁngala slow bags, y que los bolsos, por algo será, son para mí objeto de deseo.
Cuando conozco o me encuentro con alguien escaneo su bolso, no el contenido, sino el continente. Observo su tamaño, forma, material, si combina o no con el resto de su atuendo, si su diseño y materiales son coherentes con la época del año en la que nos encontramos. El cómo le sienta es muy importante:
¿es demasiado grande para esta personita menuda?,
¿es ínfimo para tan altísima mujer?;
¿se tambaleaba con el viento chocando con otros bolsos colgantes de una cadena en un puesto metálico del mercadillo de los viernes?,
¿puede ser que sea el mismo del que me enamoré en la tienda vintage del Carmen?, ¿tal vez herencia familiar?
y un sin fin de planteamientos mentales que tan sólo conducen a que no recuerde el nombre de esta encantadora persona que me estaban presentando, o a que me quede en la inopia con mis pensamientos bolsísticos mientras también pretendo enterarme de la rocambolesca historia de Manoli cuando trató de hacer un cambio de sentido en dirección prohibida y se le plantaron policia nacional, local, benemérita, y una señora tratándole de vender romero
Y todo esto para contarte mi auto desafío.
¿Ves este bolso, a que es feo?
Es de plástico, está deforme, se le levanta una punta como a los zapatos en declive, y del forro mejor ni hablamos
El color no es del todo imperdonable, en piel tal vez sería bonito, pero así…, no es de mi gusto al menos.
La cadena es de un “colorao” que tira de espaldas, y creo que es lo único que le da un toque simpático, un aire retro kitsch, cadena que no es de nada ni aspira a nada, pero que bromea con el dorado. Eso está bien.
Y aquí viene el reto que me planteo, y en el que tú, si quieres, también puedes participar, claro que sí, encantada de recibir opiniones y propuestas:
Consiste, como ya habrás imaginado desde el minuto uno, en tunearlo. Voy a tratar de modificar este bolso para que pueda cumplir su cometido, ser un bolso decente. El interior va a continuar en modo horrendo de la muerte (lenta), pero con el vestido trataré de hacer algo positivo.
Soy consciente de lo arriesgado de mi planteamiento: aquí tratando de hacer y defender marca, y al mismo tiempo enfrentándome a peligrosos desafíos en los que la única culpa es mía, salvo un poquito que corresponde a mi amigo Pedro que me lo obsequió pensando que algo podría hacer con él. Veremos
Y si quieres ver otros desafíos menos arriesgados, te cuento:
Cómo reciclar calcetines y obtener una bonita bolsa para todo uso
Cómo personalizar una bolsa y desarrollar la creatividad
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