Viendo aquellas imágenes recordé una tela de la que aún conservo algún pedazo. Se trata del callejero de París y siento debilidad por ella. Ya la he utilizando para algún neceser, una colcha y hasta un bastidor con un trozo de la canción preferida de mi marido. Fue el primer regalo que le hice, porque le apasiona la capital francesa.
Así que pensando y pensando qué podía hacer con esa tela se me ocurrió hacer otro bastidor. Tenía ganas de bordar así que busqué en Internet una ilustración con la fachada de Notre Dame y me puse manos a la obra. Utilicé la técnica red work con punto atrás y punto de nudo.
En honor a Notre Dame
Materiales que utilizaremos
Los materiales que necesitaremos serán muy sencillos. Un trozo de tela algo mayor que nuestro bastidor, un trozo de entretela de la misma medida, el bastidor, un rotulador de punta fina y el hilo del color que elijamos.
En mi caso me ayudé de una mesa de luz LED que es una maravilla. Lo cierto es que aún no le he sacado todo el partido que me gustaría, pero se que poco a poco lo iré haciendo.
Calcamos el dibujo en la tela
Una vez calcado el dibujo con muchísimo cuidado de no equivocarnos, simplemente comenzamos a bordar siguiendo las líneas. Yo lo hice por segmentos, pero en ocasiones seguía haciendo líneas rectas para aprovechar mejor el hilo. Tu puedes hacerlo como prefieras e incluso puedes añadir más tipos de puntos si así lo consideras. Para mí la dificultad es el tamaño del bastidor. El dibujo no tiene más de 9 centímetros de alto, como la palma de mi mano más o menos. Así que con tantas líneas y pequeñas divisiones se me hizo un poco complicado.
El objetivo de este proyecto no es otro que decorar y al mismo tiempo hacer un trabajo en honor a Notre Dame. ¡Y he conseguido lo que pretendía!
Bordado Notre Dame
Te preguntarás por qué este interés por Notre Dame y son varios los motivos. Mi bisabuelo era francés, mi nombre también lo es, mi hermana estudió Historia del Arte y ayer me contó que se le saltaron las lágrimas al enterarse de la noticia. Además mi marido, se moría de ganas por enseñarme no solo Notre Dame, sino París, pero por las cosas de la vida lo fuimos aplazando. Estoy segura que iremos algún día, pero ya no será lo mismo.
Espero que te haya gustado el bastidor. Sin duda es buena muestra de que cualquier cosa que suceda a nuestro alrededor puede inspirarnos a hacer un bonito trabajo.
¡Nos leemos pronto!
Besos costureriles.