Hace un par de semanas pasamos la mañana en el Rastro de Madrid.
¡La de tiempo que hacía que no iba por allí!
Este sitio se llama así porque en su calle principal (Calle Ribera de Curtidores), antiguamente, se situaban los curtidores de piel. Hasta allí, se arrastraba, desde el matadero situado cerca del río Manzanares, a los animales muertos que iban dejando por toda la calle un rastro de sangre y mugre.
Pero hoy, el Rastro, es como se conoce al ?macro mercadillo oficial? de Madrid.
Es un sitio lleno de puestos dónde guiris, ladrones, curiosos y una fauna humana bastante peculiar pasa la mañana de los domingos y de vez en cuando incluso compran algo.
Si buscas algo que no encuentras en ninguna parte... No vayas mas lejos. ¡Aquí lo tienes!
Estas son las compras que hice, no te las he enseñado antes porque he tenido que lavarlas, lavarlas y volverlas a lavar.
No es mucho, pero me encantan los cartones con botones, las pequeñas tijeras muy usadas, la pseudo-cruz militar, los alfilateros.....
Las puntillas de bolillos y ganchillo....
El encaje de valenciannes. Me daba miedo que con el agua perdiera el color ( ligeramente sucio), pero.... hubo suerte.
Los tres metros de la fantástica puntilla de 40cm de ancho. Yo diría que fue de un mantel de altar, el estado es perfecto sin desgarrones ni apolillados.
Pero lo que más me gusta es esta tela. Es una batista bordada con algodón en tono crudo. Son 6 mts que aún no sé como utilizaré. Tampoco tiene rotos y el color ( rosa palo, la foto no le hace justicia) es muy delicado. Siempre pensé que al lavarla perdería parte del color o del apresto, pero no.... está perfecta