Por fin pude encontrar un ratito para terminarlo... la verdad es que sólo me faltaban las manoplas y me daba mucha rabia tenerlo a medias... y aquí está el resultado final.
Es un conjunto precioso. El canesú de hojas me encanta, aunque ya empiezo a tenerlo hasta en la sopa... y si os digo la verdad me está aburriendo un poquito. Pero sólo me aburre el hacerlo, porque al verlo terminado me chifla.
Estas dos primeras piezas ya os las había enseñado:
La lanita rosa fue un regalo de Fabi. Uff... un regalo que me hizo hace ya un montón de meses. Ya casi me estaba dando vergüenza tardar tanto en utilizar la lana, pero la verdad es que no había encontrado ocasión. Me la regaló de color rosa porque dice que lo utilizo muy poquito, que casi siempre tejo en azul. Y es cierto. Me encanta el color rosa para las niñas, pero no sé porque a mí siempre se me va el ojo al azul.
Y vaya, que al final me alegro de haber conservado guardadita la lana tanto tiempo, porque este era el trabajo ideal para ella. Muchísimas gracias, Fabi.
Pienso bordarle las florecillas blancas en el canesú, (Maribí, no me riñas...) el problema es que ahora se me antojaron unas flores más elaboradas, con pétalos, y tengo que practicar un poquito antes de hacerlas. Pero prometo hacerlas!!
El tacto de la angora lo hace muuuy amoroso, y es la cantidad justa para no llenar de pelitos a todo el que se acerque.
Y los complementos, capota y manoplas, son un amor. Que tiernos.
Os pido disculpas por las fotos... no sé si soy yo, si es la cámara, o si es la poca luz que hay estos días... pero no conseguí nada mejor que esto. Sorry.
Un conjunto muy completito, verdad?