No he tenido ocasión de ponerlo en práctica, me falta tiempo para dedicarme en serio a ello.
pero a pesar de todo, me he quedado con muy buenos consejos que ya pongo en práctica y aunque ordeno armarios y sacó varias bolsas de ropa que o bien ya está inservible de dada y vieja, o bien ha quedado pequeña, todavía hay reliquias que guardo por si acaso.
Y haciendo orden apareció una manta de esas de hace años que ya no se usan porque los edredones la han dejado en el olvido.
Al verla, se me ocurrió que con ella podía hacerme un abrigo-manta para usar en casa o para para llevar al trabajo que al medio día a la hora de comer y tomar café en la terrazita del bar ya empieza a hacer fresquillo.
El proceso es muy sencillo, doblas la manta por la mitad y coses los extremos dejando un trozo sin coser que es lo que hace de manga.
Y ya la tienes lista para usar en casa o en la calle.
En mi caso soy afortunada pues he podido transformar dos mantas en abrigo y la que sacaré a la calle este invierno es esta de color rosa-salmón, la encuentro más llevadora.
¿Qué te parece?
Con esta entrada me uno al Antes y después del reto Aprendiendo de todo un poco de Anna.
¿Te animas a hacerte un abrigo de una manta?
Posdata: Tengo un reto en marcha. 3R+1 con arte. ¿Te gustaría participar?