Con un estilo u otro, con tamaño generoso o apretado, con sencillez o aparatosidad, con lujos o humildad, la casa refleja nuestra manera de ser. Carecer de ella ni me lo quiero imaginar y no pretendo desde aquí hacer reivindicaciones políticas que escapan de mi entendimiento más allá del sentido común.
Cuatro paredes ya son un hogar y nuestras manos e imaginación se encargan de que esas paredes sean acogedoras, pues los detalles más importantes no suelen estar relacionados con el dinero.
Pues bien, en estas reflexiones andaba mi mente entretenida, mientras mis manos se ocupaban de esta casita, que casi todas ya hemos hecho alguna vez.
Me encargaron este llavero para regalar a alguien que se independiza y estrena casa. La idea me parece preciosa y seguro que contribuye a que esas cuatro paredes se conviertan en un hogar acogedor.
Lino para las paredes, cuadraditos vichy para el tejado, ventanas y puerta aplicadas con puntada escondida y flores de cadeneta.
Para las fotos recordé este precioso libro de Frances Wolfe de la Editorial Juventud. Es un canto a los recuerdos de infancia bellamente ilustrado.
Muchísimas gracias por estar ahí, conseguís que mi blog sea mi segundo hogar. Un beso a todas.