Aunque Marta ya habló de velas en su blog (un espacio muy inspirador que te recomiendo encarecidamente visitar), no podía dejar pasar la oportunidad de inaugurar aquí una sección do it yourself con un post parecido. ¡Es hora de jugar con fuego! (nunca mejor dicho).
Hacer una vela en casa es mucho más fácil de lo que parece. Quizás lo más complicado sea conseguir los ingredientes, pero seguro que en alguna tienda especializada de tu ciudad o por Internet encuentras todo lo necesario. Para una vela sencilla no hace falta más que cera, un cordel o mecha, un frasco de cristal y un palillo. Y, si quieres, también puedes añadir colorante, esencia aromática, flores secas o adornos.
La cera para hacer velas es todo un mundo, al igual que el de las mechas. ¡Hay muchísima variedad! Si quieres hacer una vela ecológica, puedes utilizar cera de soja como hizo Marta. Y en cuanto a la mecha, cuando la compres fíjate en el diámetro y, ante la duda, déjate aconsejar por el vendedor. Hay mechas enceradas y sin encerar (las que son sin encerar parecen un simple cordón de zapatos y en las enceradas el cordón es rígido al venir recubierto de cera).
Para la vela que te enseño hoy, he utilizado restos de cera de otras velas que quemé el año pasado. ¿Sabes esos milímetros de cera que se quedan en los bordes o en la base de una vela y nunca llegan a quemarse? ¡No los tires! Guárdalos en un frasco y, cuando tengas un buen montoncito, podrás reutilizarlos para fabricar una vela nueva. La mecha la compré en La Gran Velada –la tienda donde hice el taller– y es una mecha encerada de 2-3 centímetros.
Fabricar la vela muy sencillo, basta con seguir estos pasos:
1. Derrite la cera al baño maría.
2. Rellena el frasco de cristal con la cera líquida. Si quieres echarle colorante o aroma, éste es el momento. Yo no le eché nada y los restos de cera de colorinchis se fundieron en un sorprendentemente bonito color rosa pálido.
3. Espera entre diez y veinte minutos hasta que veas que la cera sigue blandita pero no líquida. Entonces, clava un palillo en el centro y bájalo hasta el fondo para crear un orificio que sirva de guía a la hora de introducir la mecha.
4. Corta un trozo de mecha y mételo por el orificio. Es mejor que sobre bastante mecha en el exterior, ya que si nos quedamos cortos no podremos encender la vela.
5. Cuando la cera se solidifique por completo ya podrás encender la vela
Y añado un sexto punto: ¡Cuida que no se te caiga! Una imagen vale más que mil palabras para explicar qué le pasó a mi vela. La pobre no duró ni dos horas. Tuve que apañarla como pude quitándole los restos de cristal roto y encajándola en otro vasito (el que ves en las dos primeras fotos). Pasado el disgusto inicial, reconozco que al final no quedó tan mal como creía.
Dime, ¿te gustaría ver más post DIY de este estilo en el blog? ¿Tú también enciendes velitas de vez en cuando? ¡Un abrazo y buen fin de semana!