Preparativos sin parar para que los niños tengan un día redondo. Iglesia, vestidos, peinados...y el recordatorio? En principio, un detalle que no parece muy importante; sin embargo, el recordatorio es algo que se llevan los invitados, así que si se hace personal y diferente, molará mucho más!
A pesar de no tener apenas tiempo, me lié la manta a la cabeza y para la comunión de mis sobrinos, que la hacían juntos, les regalé los recordatorios. Hechos con muchísimo cariño.
Pero no unos recordatorios cualquiera, no. Eran únicos, especiales y con un toque personal de los protagonistas del día.
Una vez elegida la foto de cada niño (guapisísimos!), las imprimí en papel de foto junto con los detalles del evento, en tamaño 10x7.
Como base utilicé doble cartulina de color marrón, en tamaño 15x10, a la que pegué la foto con ayuda de cinta doble cara.
Por cierto, bendita cinta doble cara! La había usado poquito hasta la fecha, pero ha sido todo un redescubrimiento!
El detalle más personal, haciendo único cada recordatorio, estaba en el pie del mismo. Las firmas de Claudia y Bruno, de su puño y letra!
El toque elegante se lo daba la tela con la que los envolví, simulando un libro que se debía abrir para poder leerlo.
Sobre la tela, también con ayuda de cinta doble cara, coloqué en cada uno un pequeño retal de encaje. Y el remate final, para cerrarlo utilicé cuerda rústica decorada con un botón-mariposa de madera.
Os hago resumen de los materiales:
- Cartulina
- Tela
- Retales de encaje
- Cuerda rústica
- Cinta Doble cara
- Flores de scrapbook
- Botones-Mariposa de madera
- Tijeras
Cada recordatorio iba dentro de un sobre transparente.
¿Qué os parecen? cuando los acabé, lloré de la emoción. A parte de ser preciosos :) ...eran los recordatorios de mis sobris! De su Primera Comunión! Cómo pasa el tiempo...! y habérselos hechos me hizo la tía más feliz del mundo.