Cuando mi madre me contó que se había encontrado esta estupenda caja de madera en la basura, los ojos me hacían chiribitas. Ya imaginaba en qué se convertiría. Y es que el alma diogenera se respira en el ambiente de casa. Si os fijáis, la caja es de CASA MIRA, una serie de heladerías muy famosas en Málaga. Dentro había dulces de Jijona, imagino que buenísimos, ya que no los he probado nunca.
Así empezó la transformación de caja vieja a costurero personalizado. Le di con la lijadora por toda la superficie y se llevó dos capas de imprimación.
Después pinté encima de la imprimación con spray blanco y dejé secar unas 4 horas.
Y luego vino el proceso de transforación....pintura acrílica al agua de colores y una plantilla para hacerle la técnica Stencil. Rotulador indeleble para poner la palabra: COSTURERO.
Y porque unas cuantas imágenes valen más que mil palabras, os dejo con el proceso y el acabado...espero que os guste!