Se necesitan pocos materiales y baratos, aunque tengo que decir que el papel cebolla es una alternativa a la hoja de acetato. Ésta última es transparente, mientras que la primera es más blanquecina, pero no logré encontrarlas por ninguna parte! En cualquier caso, apenas hay diferencia en el resultado.
Cortamos las pajitas del tamaño necesario para ajustarlo al tamaño del marco que queremos crear. En una de las pajitas, hacemos dos agujeros para pasar un cordón, que más tarde nos servirá para colgar el cuadro. Hacemos un corte a lo largo, en todas las pajitas, que será por donde pasará el papel cebolla con la foto. En un extremo de cada pajita, cortamos en diagonal, encajamos unas con otras, formando una U y damos un poco de pegamento en las esquinas que se han formado.
A continuación, elegimos una foto, lámina o lo que se nos ocurra, lo fijamos con unos puntos de pegamento al papel cebolla y lo metemos por la ranura del marco. Por último, colocamos la pajita que tiene la cuerda, pegamos las esquinas y... voilá! Ya tenemos unos cuadros geniales para decorar cualquier rincón.
Si hacemos diferentes tamaños, podemos crear una composición muy chula con fotos en blanco y negro, hojas secas de diferentes plantas, como he hecho yo, o dibujos de nuestros hijos. Este sistema también es aplicable para hacer cuadros con marcos y fondos de otros colores y estampados. Las pajitas podrían forrarse con washitape, los fondos con papel de regalo o cartulinas de colores... En fin, una idea llena de posibilidades. Y si eres de las que prefieren que se lo den todo hecho, en Deco&Living, por ejemplo, puedes encontrar estos marcos con diferentes acabados, listos para usar.
Qué os parece la idea? Os gustan los marcos sin trasera?
Un abrazo!
fotos: Sara González Carrasco