Primer consejo, ¡sé original! No hay nada mejor que regalar algo hecho por nosotros mismos: una comida, cena, merienda, postre…, una tarjeta (no habrá en el mundo ninguna como aquella) de la que tenéis cien modelos en Pinterest, a cual más fácil y chula, una foto enmarcada por vosotros, una cita de amor (que no sea de Benedetti por favor, hemos dicho “originalidad”) o cualquier cosa que se os ocurra que le pueda gustar. No tenéis mucho tiempo, con lo que no os metáis en cosas complicadas.
Segundo consejo, no olvidéis las velas. Son muy importantes para crear un clima romántico. También podéis recortar corazones o decorar con fotos el lugar que eligáis para vuestro encuentro.
Tercer consejo, preparad una frase o un pequeño poema para leérselo, tiene que ser gracioso pero a la par romántico, seguro que se os ocurre algo. Lo acompañareís de una flor hecha por vosotros, puede ser de cartón, periódico, cartulina, papel, etc, no tenéis excusa, hay mil tutoriales para hacerlas y se hacen muy fácilmente.
Cuarto consejo: si no se os ha ocurrido nada, echad mano de las consabidas “chuches” en cajitas, los bombones, las botellas de vino, lencería, consoladores con formas románticas, el altavoz de la ducha, la almohada para abrazar, la máquina para hacer palomitas… o las flores.
Quinto consejo: si queréis dar una imagen entre intelectual, sofisticada y misteriosa, regalad un libro, elegid bien el tema que le pueda gustar, novela, ensayo, biografías, poemas, etc.
Como soñar no cuesta nada, me imagino ese día siguiendo un camino de velas, confeti o corazones de cartulina que me lleven a un rincón especialmente decorado con telas, cojines y alfombras mientras, de fondo, se oye la música que me gusta. Allí encontraré un mensaje de mi amado, que aparecerá especialmente arreglado para recibirme. La cena será especial, sentados entre almohadones y risas. Luego un baile romántico y después… lo que la noche o el día nos regalen.
Sed felices.