Nunca he dejado en mi casa que nadie pusiera el belén, el árbol de Navidad ni los adornos. Esto me ha pasado desde que era pequeño, no se si porque pensaba que nadie lo haría mejor que yo, o porque me gusta tanto hacerlo que no dejaba otra opción.
Este año no estaba yo muy bién de ánimos navideños y dejé que mis hijas pusieran el árbol y si que lo pusieron , a su manera. A la mañana siguiente no pude resisitirlo y antes de que se despertaran lo desmonté y lo volví a poner yo?. Me dijeron.. que bonito está el árbol, lo hemos dejado igual que cuando lo pones tú.. y les dije,, claro, claro es que ya sois mayores y lo sabeis hacer tan bien como yo.
Para no estar bien de ánimos se me ha ido la pinza como todos los años. Compré coles de Navidad con purpurina sin saber muy bien que iba a hacer con ellas y el día de la cena de nochebuena improvisé esto para la entrada con una vela y tres macetas de Ikea de 0.50 céntimos que cojí al vuelo en un viaje relámpago que fuimos a por tres cosas contadas.
Después se me ocurrió este centro extraño para la mesa de Nochebuena. Dos árboles recortados de cartulina dorada y ensamblados, sobre una base dorada cubierta de hojas que recogí en un paseo con los niños y las pinté con spray de oro, unas velas que tenía del año pasado y tres coles de navidad que me quedaban.
No debió de gustar mucho porque nadie abrió el pico. La verdad es que a mi tampoco me entusiasmaba. Cuando me da por hacer cosas raras....
Las servilletas de Villeroy&Bosh. Como solo éramos 20 para cenar tuve que poner este mantel que no me gusta pero es el más grande que tenemos en casa. Debe medir medio kilómetro.
Y como la Navidad en mi casa dura más que una boda gitana, tuvimos cena de Nochebuena, comida de Navidad y cena con amigos al día siguiente
Por fin hoy vuelve a estar todo en su sitio y volvemos a tener sofá para sentarnos
FELIZ NAVIDAD
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