El paraíso existe! Sí! Esto es lo primero pensé cuando llegamos a esta isla francesa.
Podéis pensar que es fácil si hemos disfrutado de este lugar en nuestro último "viaje de novios", con un tiempo espectacular, sin niños, sin reloj....pero no es sólo por eso, que también no lo voy a negar, pero también por un montón de razones que os voy a ir contando y estoy convencida que cuando acabéis de leer esta entrada vais a pensar lo mismo que yo.
Si a un lugar de los que he viajado se le puede asociar la frase de Slow Life ese es la Isla de Rè.
No sé qué deciros que me gustó más... Es una isla pequeña (apenas tiene 30 kilómetros), muy llana y con una diversidad tan curiosa que podemos disfrutar de las interminables playas del sur,
ruinas de una Abadía del S. XII,
bosquecillos, puertos,
Salinas, viñedos y faros como el de las Ballenas del que os hablé con sus 257 escalones,
pero lo que realmente me enganchó de la isla es esa Calma, La Paz que se respira al recorrer sus callejuelas
mientras disfrutas de sus colores pálidos (casi siempre verdes y grises) en contraventanas y puertas.
Si eres un amante de la gastronomía te gustará saber que hay un mercado medieval donde se vende producto local muy fresco y donde las estrellas son las Ostras, ya que la isla es el mayor exportador de este molusco,
si en cambio, lo que te gustan son los locales de antigüedades, decoración y las tiendas bonitas de verdad....ésta, también es tu isla!
Un lugar de cuento, ideal para recorrer en bici (las agujetas después de 4 horas dando pedales os sabrán a gloria ;) y perderse por los más de 150 km. para andar a 2 ruedas.
Un lugar al que quiero volver desde que cruzamos el puente de 4 km. que lo une con La Rochelle
Como veis en la Isla de Rè no hay sitio para las prisas, el estrés, ni siquiera el reloj! Como os decía...Slow Life en vena!!
Y vosotros, conocéis algún sitio en los que parezca que se ha parado el tiempo??
Contádmelo por favor! No se lo chivo a nadie.... ;)