Desde naranjas y limones esta vez no os escribimos una receta, ni un patrón, ni la decoración de una taza, esta es una llamada a la libertad y al derecho de la protesta pacífica. Sí la mitad de este blog, la naranja, cuando no cose o tricota: lucha por el medio ambiente.
La segunda vez que me embarque en un barco de Greenpeace, fue la segunda vez en mi vida que veía el Arctic Sunrise. La lavadora, como se conoce al Arctic Sunrise es un rompehielos, lo que hace que su quilla sea plana, por lo que no sólo se mece como un barco normal, sino que el giro y el movimiento es completo. Es decir, hasta los marinos más duchos, se marean.
En aquella navegación por el Mediterráneo conocí a Paul, a quien le subía te, en sus guardias y charlábamos horas sobre lo que había hecho, lo que le gusta ir a ver las puestas del sol y los amaneceres a las cataratas del Niágara.
Paul, ha luchado contra la caza de ballenas. Silencioso, tranquilo, pero siempre con una sonrisa para ayudarte y explicarte, que el mareo esta en tu mente. Además Paul, siempre que está de guardia nos avisa cuando se avistan ballenas o delfines. También conocí a Jonatan y a Iain que en aquella navegación tuvo que arreglar varias veces las lanchas y acabo siendo ?sticky fingers? porque se volvían a romper. Para hacerme rabiar, por ser la novata, cada vez que pasaba me cantaban ?Cecilia you?re breaking my heart…?
Si cuento las horas que he estado en el Arctic Sunrise casi superan las horas que me he pasado sentada en la oficina. Muchos mareos, risas, lloros, agobios y grandes personas. Hoy el Arctic Sunrise esta retenido en Rusia, y su tripulación se encuentran en prisión preventiva por defender el Ártico para todos nosotros, para la humanidad, acusados de vandalismo.
Los activistas de Greenpeace y la tripulación fueron abordados en aguas internacionales después de hacer una acción contra la plataforma petrolífera Prirazlomnaya. El Ártico, actúa como aislante de la temperatura del mar, es el ?aire acondicionado? del planeta y regula las corrientes oceánicas. El Ártico está en peligro por el cambio climático, por las empresas petroleras, por la pesca industrial y por el transporte marítimo.
Cuando en 2011 me entere que iba a navegar con Pete Willcox, el legendario capitándel primer Rainbow Warrior, no daba crédito. Tenía que navegar con una persona mítica, acabar un informe y preparar una rueda de prensa. Estaba al borde del colapso. La ropa, las pastillas antimareo, el informe… De repente los pescadores artesanales de Galicia nos pidieron ayuda para protestar pacíficamente contra unas granjas de salmón. Pete, el capitán, me escribió ¿Estás hablando en serio, Greenpeace y pescadores? Si, afirmativo, tenemos que ir. Y fuimos, e hicimos una protesta pacífica, y después estuvimos con los pescadores. La tripulación, no daba crédito. La gente se les acercaba no solo por ayudar a los pescadores, sino por ayudar a cuidar del planeta. Tuvimos hasta 10 discursos diferentes de agradecimiento.
Fuimos rumbo al Atlántico Norte, donde el mar, tenía tal temporal, que las olas pasaban por encima del barco, luchábamos contra la pesca de arrastre de profundidad que destroza los ecosistemas marinos. Durante el primer día, creí morir en mi camarote. Mi única manera era estar en posición horizontal. Tumbada en el suelo, charlaba en el puente de mando con Pete, mientras él hacia punto. Me contó la primera vez que había ido al Ártico y la necesidad de protegerlo. Cuando el mar nos embestía con toda su furia Pete me miraba y me decía: ?Let?s rock and roll?. Aprender a trabajar a su lado en un barco de Greenpeace, es un honor.
Pete y sus charlas, Anna-Paula su sonrisa y su manejo de las lanchas, Paul y sus historias, PoPaul y su lucha por la equidad y por ponerme a trabajar en cubierta para disfrutar del sol. A Iain su humor y su gentileza, Francesco y su amor por mi amiga Stina, y todos y todas los que hoy pasan frío en Múrmansk. Os dedicamos estas palabras y este día y todos los que quedan hasta veros en libertad va por vosotros. Y para todos los que luchamos por un mundo mejor. Porque la que podría estar en una cárcel en Múrmansk podría ser yo.
Por el derecho a una protesta pacífica para que se proteja el Ártico, los océanos, los bosques, ? Por una receta para un mundo mejor, y para proteger un sitio como el Ártico, hoy no te damos un patrón o una idea, te pedimos que nos apoyes y pidas libertad para los 30 defensores del Ártico
Greenpeace está recogiendo firmas para pedir a la ciudadanía que exija la liberación del barco retenido por las autoridades rusas y los 30 activistas.
Gracias
Nara&Lim
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