En primer lugar, se corta la tela en tiras que se van pegando por un extremo en la corona de espuma, la cual se envuelve entera con el pegamento caliente para que se adhiera bien la tela. Cuando se acaba una tira, su extremo se pega al de otra.
No dejes sin cubrir ninguno de los puntos en los que se unen las tiras y, una vez acabes con toda la corona cubierta, decórala con flores de tela o de fieltro y corta la tela que sobra.
Ya solo queda colgar la corona donde te plazca y mejor luzca, ¡y a presumir!
¿A que ha quedado preciosa?
Fuente: lasmanualidades.com