He pensado muchas veces en abrir un blog a modo de diario, de válvula de escape...Pero no me había decidido hasta hoy
Hace casi mes y medio que me cambié de casa y el cambio ha sido sin duda para mejor. No sólo porque la casa es 3 veces mas grande, sino porque me da la oportunidad de ver cosas, sitios, que antes hubiera sido imposible. Sin ir mas lejos, hoy he descubierto un horno de esos en los que te comerías todo, de dejarte con la boca abierta, de impresionarte con cada una de sus creaciones, una tras otra. Y no sólo eso, es que a mi estas cosas no sólo me dan hambre, es que me hacen poner en marcha mi resorte de ilusiones creativas.
¿Y qué porras es eso?, te preguntarás. Pues bueno, yo no soy buena en nada pero soy, o alguna vez he sido, aprendiz de todo. Ahora mi día a día no me lo permite, pero siempre ando soñando en hacer en mi vida algo creativo. Mi trabajo es soso, repetitivo y gris, y no es que me importe porque es eso, trabajo, pero me gustaría que el resto de mi tiempo se llenase de pim!, pam!, pum!
Tengo 2 peques y me encantaría, por ejemplo, aprender a coser para hacerles muñecos divertidos, ropa original... Si sigo soñando me veo montando una tiendecita, una de esas pequeñas y con magia. Haría talleres para peques y no tan peques y explotaría mi inquietud creativa, dejaría que el resorte se activase y volase libremente.
Otras veces me da por meterme mas en temas culinarios. Aprender a hacer tartas y galletas chulas, cocinas con mis pequeños y si nos vamos mas allá, montar una cafetería para que grandes y mayores puedan saborear una buena bebida calentita y un pastelillo sacado de un cuento de hadas. Cursos de cocina, talleres de manualidades, cuenta-cuentos...
Pero todo se queda ahí, en puros sueños.